viernes, 20 de febrero de 2015

Estoy enamorada de una mujer. Todo lo que soy es todo lo que ella siempre me ha dado, y es porque me lo ha dado todo. Cada cambio en mi, cada mínimo detalle en mi vida, ella ha estado presente incluso sin ser consciente de ello. La admiro, la idolatro, la amo...tal como es ella, con sus tormentos, con sus vulgaridades, con sus heridas de guerra, y es que todo eso aún la hace más bella. Se me queman los adentros con tal solo imaginarme una vida sin su amor, qué sería de mí sin mi reina. La que siempre me guía sin imponer, la que me aconseja incluso cuando yo me niego a escucharla, la primera que cree en mi, la que ama hasta dar su vida, la que no se rinde jamás. Gracias, resumiendo.



Dedicado a todas las madres del mundo, y en especial a la mía.

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