domingo, 5 de abril de 2015

Camarero, otro antidepresivo, por favor

Hoy escribo por necesidad. Es uno de esos días en los que te levantas rara y te acuestas aun más rara. Hacia tiempo que no me sentía así...el mismo dolor en el pecho, ese dolor leve pero que no cesa. Por qué esta impotencia, por qué estas ganas de cerrar los ojos tan fuerte que hasta sea capaz de ver mi interior, y por una vez, cerrar la mente. No quiero ni hablar conmigo misma, me decepciono continuamente y ya hace tiempo que deje de darme buena conversación. Puede que solo sea otro día tonto, otro domingo-lunes.Y sé que no siempre se puede estar en la cima, pero yo no estoy ni de camino a ella. Me veo congelada, inmóvil, esperando algo que no sé lo que es. Porque se basa en eso, en esperar continuamente, por alguien, por más cambios, por uno mismo... esperar y morir. No sé si con el paso del tiempo nos vamos consumiendo o nos vamos haciendo más inmensos, esa grandeza que se crea en ti, que te genera la vida incluso aunque te la hayas pasado esperando, ojala pueda sentirla algún día, y decirme ''has tenido días malos, y días menos malos, pero todos ellos te han hecho valorar todo lo bueno, ellos te han hecho. Eres lo que has vivido, y nadie hubiese podido vivir tu vida tan bien como tú''.