jueves, 27 de marzo de 2014

Heridas dulces

Se olía el miedo en toda la casa. Los gritos, los abrazos forzados, su sonrisa...hacían eco en mi cabeza. Querer no es suficiente cuando el poder te ciega, darlo todo hasta quedarse vacío, de eso se trataba. Aun hoy repaso, uno a uno, los gestos o todos los ''te quiero, lo prometo'' que pude malinterpretar. Fui una presa fácil, lo reconozco. Siempre he sido demasiado vulnerable al vaivén de tu cuerpo, y a la forma en la que hacías sentir al mío con solo mirarme. Perdóname por entregarme por completo a ti y a tus manías, por ofrecer más de lo que jamás te dieron, te dan o te darán, por buscar mi reflejo en todo lo que te rodea, por esa enfermiza obsesión de desayunar, comer y cenar a base de tus besos, perdóname por no saber olvidarte, no quiero olvidarte. Y ahora no me siento sola aun que no estés aquí, y ahora lo entiendo, que de amor se nace, nunca se muere.

No hay comentarios:

Publicar un comentario